Adiós a Nihil Obstat | Hola a The Catalán Analyst





Después de 13 años de escribir en este blog prácticamente sin interrupción, hoy lo doy por clausurado. Esto no quiere decir que me haya jubilado de la red, sino que he pasado el relevo a otro blog que sigue la misma línea de Nihil Obstat. Se trata del blog The Catalán Analyst y de la cuenta de Twitter del mismo nombre: @CatalanAnalyst . Os los recomiendo.



Muchas gracias a todos por haberme seguido con tanta fidelidad durante todos estos años.


miércoles, 6 de febrero de 2013

Israelíes

Yo no creo que haya que elegir entre estar con los israelíes o estar con los palestinos. Estar a favor de los unos implica necesariamente defender a los otros, porque sólo un acuerdo justo y practicable puede garantizar el porvenir de Israel y el de Palestina. Los palestinos tienen derecho a un país exactamente igual que los israelíes. Y como los dos no tienen más remedio que estar juntos no les queda más remedio que entenderse, antes o después. Israel tiene la misma obligación que cualquier otro país a someterse a las leyes internacionales: pero también habrá que reconocer que tiene el mismo derecho a existir que cualquier otro país.

Es legítimo defender desde Europa los derechos de los palestinos, pero no se trata de un mérito que nos ponga moralmente y políticamente por encima de los ciudadanos de Israel. Mucha gente, en ese país, milita en defensa de esos mismos derechos, y critica con rigor y coraje los abusos que se cometen en los territorios ocupados, y participan activamente en organizaciones solidarias y de defensa de los derechos humanos, en proyectos de convivencia entre judíos y árabes, en escuelas bilíngües donde niños del uno y del otro lado, para aprender a convivir, empiezan por aprender la lengua de los otros.

Yo no me considero por encima de esas personas. No creo que cualquiera de nosotros, en la seguridad de Europa, tenga que darles ninguna lección. Nosotros no tenemos cerca de nuestro país a regímenes dictatoriales o teocráticos cuyos dirigentes proclamen expresamente su voluntad de borrarnos del mapa. No hay abuso del pasado que justifique ningún abuso del presente, pero cuando en Europa se juzga con tanta superioridad moral a Israel quizás convenga recordar el hecho de que ese país existe, sobre todo, porque hubo una época no lejana en la que ser judío en esa misma Europa era estar condenado al exterminio, y en la que los que conseguían huir no encontraban simpatía en ninguna parte, sino expulsiones y fronteras cerradas.

Yo no tengo que ir a Israel armado de suficiencia o de arrogancia a decirles a los ciudadanos cosas que muchos de ellos saben, denuncian y debaten, en una sociedad abierta en la que la libertad de expresión se practica con una viveza, un apasionamiento y una seriedad ejemplares. Si acaso, me conviene escuchar y aprender de muchas personas, escritores o no, que siento que se parecen a mí, en sus aficiones, en sus intereses, en sus convicciones democráticas y laicas, en su defensa de las igualdad entre las personas y la justicia social.

Iré a dar las gracias a quienes me han premiado y a quienes me leen.