... no deberían preocuparse tanto los socialistas, puesto que los jóvenes de la Puerta del Sol son l'avanzadilla del PSOE del futuro. Salvando las distancias, buena parte de los líderes del mayo del 68 han acabado integrados en el establihsment político de la izquierda francesa. Es natural, porque la función social primordial de la izquierda es dar credibilidad al sistema a base de alimentar la esperanza de la gente. Zapatero levantó tantas expectativas que la caída ha dejado al PSOE sin utopía, pero la gente de la Puerta del Sol se la proporcionará.
...o más exactamente, SOLecistas
El Solecismo ha sido una creación de los medios, y el periódico, en especial en su web noticiosa, ha dado a la acampada un eco insólito, donde no ha sobrado el rigor. La explicación de una actitud semejante es diversa; pero sobresale la presunta confluencia del movimiento con las nuevas tecnologías, la modernidad y la juventud, que son tres imbatibles complejos para los acomplejados. Y para el complejo principal, que es el de envejecer. Por si fuera poco está el negocio. Los medios viven bajo la amenaza de que las redes sociales, por así llamarlas, les quiten el pan de cada día. Aún no han percibido que, sin medios, de las redes sociales sólo quedan los agujeros. El pasado fin de semana las convocatorias de los indignantes, con toda su enfática patulea de tuentis, no habían reunido más de cinco mil personas, bien contadas, en diversas ciudades españolas. Pero a partir del lunes todo cambió: una campaña electoral baja y absurda, la tentación imitativa (Tahrir de El Cairo, Perla de Manama, Reloj de Damasco: sólo soy capaz de escribir estas analogías tapándome la boca para no vomitar, hoy por ejemplo, después de que hayan matado a cuarenta y cuatro personas en Siria) y el vicioso fulgor de la novedad llevaron el Solecismo a la portada de los dos principales digitales españoles. Y ya no ha salido de allí, relegando la anodina información partidista a los escalones inferiores. Es sangrante que el año en que la Junta Electoral ha impuesto cuotas grotescas de tratamiento informativo, los periódicos hayan dedicado su máxima cobertura a un movimiento minoritario, excéntrico y fiestero. Sangrante, pero periodístico: el oficio siempre se mueve en el ácido filo de lo interesante y lo importante.