Adiós a Nihil Obstat | Hola a The Catalán Analyst





Después de 13 años de escribir en este blog prácticamente sin interrupción, hoy lo doy por clausurado. Esto no quiere decir que me haya jubilado de la red, sino que he pasado el relevo a otro blog que sigue la misma línea de Nihil Obstat. Se trata del blog The Catalán Analyst y de la cuenta de Twitter del mismo nombre: @CatalanAnalyst . Os los recomiendo.



Muchas gracias a todos por haberme seguido con tanta fidelidad durante todos estos años.


martes, 31 de mayo de 2011

Democracia sólo hay una y a ti te encontré en la calle

Los "indignados" no son la materialización del malestar social provocado por la crisis económica sino una nueva edición de los movimientos oportunistas que, de vez en cuando y aprovechando una coyuntura crítica, promueve o capitaliza la izquierda más radical y residual. Sólo hay que ver lo que hacen, escuchar lo que dicen y leer lo que publican para comprobar que se trata de un movimiento pre-democrático en la acción y anti-democrático en la concepción.

El movimiento de los "indignados" es pre-democrático porqué la ocupación de espacios públicos, ya sean plazas o vías de comunicación, son formas de manifestación política propias de un contexto de falta de libertades, donde hay que jugarse el pellejo para llegar al resto de los ciudadanos ya que no hay oposición legal que vehicule las reivindicaciones sociales ni prensa libre que las difunda. Es un legado del anti-franquismo, 'ideologia' que sobrevive a la muerte del dictador, ya que en un estado democrático y de Derecho la ocupación unilateral del espacio público no tiene ningún tipo de justificación. Los espacios públicos son de todos y nadie puede monopolizarlos en exclusiva. Nadie tiene derecho a ocuparlos indefinidamente por más justas que le parezcan sus quejas y reivindicaciones. En una sociedad democrática nadie puede defender sus derechos legítimos vulnerando, poco o mucho, los derechos de los demás.

Además de pre-democrático, el movimiento de los "indignados" es también anti-democrático. En primer lugar, por atribuirse la representación del pueblo sin que nadie los haya elegido para ello. Peor aún, por la pretensión no ya de encarnar al pueblo sino de SER el pueblo. El "pueblo" soberano que hace lo que le da la gana, votando a mano alzada e ignorando la voluntad de todas las otras personas que no van a asambleas y que piensan diferente. Este mesianismo se sustenta en un pensamiento utópico -y como tal, totalitario- que intenta sumar los restos del romanticismo ácrata con los desechos del naufragio del racionalismo colectivista.

La prueba más evidente de la irrelevancia de los "indignados" ha sido el resultado abrumador de las elecciones municipales y autonómicas del 22 de mayo. El pueblo, el de verdad, el que otro trabajo tiene que ir de acampada, el que quiere resolver los problemas sin crear otros nuevos, el que traduce su cabreo en acción política a través de su voto y no haciendo psicodramas en la plaza del pueblo, no ha votado más izquierda y más radical, como deseaban los "indignados", sino que ha hecho todo lo contrario. El pueblo, el de verdad y no el sucedáneo, ha destituido todos los gobiernos socialistas en prácticamente todas las grandes ciudades y autonomías del país, inflingiendoles la derrota electoral más grande de su historia y dando el poder a fuerzas liberal-conservadoras que tienen una enfoque radicalmente diferente sobre cómo salir de la crisis.

Si los "indignados" fueran realmente un movimiento de protesta contra la crisis económica habrían ido des del primer dia a manifestarse frente a La Moncloa. Habrían pedido la cabeza de Zapatero, como hicieron los manifestantes de Túnez y Egipto, con los que tan equivocadamente se comparan y se les compara.

El actual problema de España no es un problema de sistema -aunque éste sea manifiestamente mejorable- sino de mal gobierno. El problema de la crisis económica española no es un problema de la banca estadounidense y las subprimes, que aquí prácticamente no afectó, sino una crisis de endeudamiento público y privado derivado de la burbuja inmobiliaria y de unas políticas gubernamentales equivocadas que han generado enormes déficits y más endeudamiento. Y el principal responsable de esta situación no es ninguna conspiración Lugano o Trilateral sino el gobierno que durante los últimos 7 años ha dirigido España: el gobierno socialdemócrata de un tal José Luís Rodríguez Zapatero.

Los ciudadanos así lo han entendido y han respondido con una impecable madurez democrática. Han respondido a este mal gobierno yendo a las urnas y no a las acampadas. La respuesta la ha dado el pueblo a través de la democracia y no de su caricatura. Porque, amigo "indignado", democracia sólo hay una y a ti te encontré en la calle.