El asesinato en Gaza del activista italiano pro-palestino Vittorio Arrigoni por un grupo salafista no es el primero de esta naturaleza. Hace pocs días, las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa mataron a tiros el artista israeliano- palestino Juliano Mer Khamis y en agosto del 2006 la Yihad Islámica apuñalaba en Jerusalén Este al también italiano Angelo Frammartino.
Aunque los periodistas no son activistas, la mayoría de ellos son propalestinos. Pero este prejuicio anti-israelí tampoco los ha ahorrado de ser víctimas del epidémico fanatismo palestino. El último caso fue el secuestro, el 12 de marzo de 2007, del corresponsal de la BBC en Gaza, Alan Johnston, por el Ejército del Islam.
Para Daniel Pipes, la sociedad palestina está tan enferma -con su culto a la muerte, su fábrica de suicidas y la santificación de los terroristas- que también devora a sus admiradores.
