Supongo que a estas alturas de la convulsión mundial -crisis financiera, crisis de la deuda, dudas sobre el modelo energético, revueltas árabes ...- la parte azucarada del mundo se habrá dado cuenta de una vez por todas que Obama és sólo un espejismo. Un producto evanescente de la retórica de la imagen y de la imagen de la retórica. Pura ficción emocional.
En dos años, Obama ha logrado que los Estados Unidos hayan dejado de ser la potencia indispensable para convertirse en la potencia inexistente. O, si lo prefieren, en la potencia ausente, ensimismada y distraída. Un poco más y todo el mundo añorará a Bush.
¿Dónde está Obama? ¿Dónde están los Estados Unidos? ¿Dónde está la potencia que se arremangaba cada vez que había que sacarle las castañas del fuego a medio mundo, especialmente a los siempre endomingados y tiquis-miquis europeos? No se sabe. Ha desaparecido del mapa. Ha hecho mutis por el foro.
Los Estados Unidos han estado ausentes en todas las revueltas árabes y en Libia han entrado de puntillas, en una acción militar de 'coitus interruptus'. Una acción mlitar sin conclusión lógica que ha alentado el dictador sirio a ahogar a sangre y fuego la revuelta en su país, consciente de que lo más grave que le puede pasar es que le monten unos fuegos artificiales con fecha de caducidad.
Y es que Obama no tiene ni objetivos ni voluntad. La única política de Obama es no mojarse. Ni por sus aliados, ni en apoyo de los rebeldes democráticos ni en contra de sus enemigos. Es la política suicida del avestruz. La vieja política cobarde de toda potencia inexistente.
