Adiós a Nihil Obstat | Hola a The Catalán Analyst





Después de 13 años de escribir en este blog prácticamente sin interrupción, hoy lo doy por clausurado. Esto no quiere decir que me haya jubilado de la red, sino que he pasado el relevo a otro blog que sigue la misma línea de Nihil Obstat. Se trata del blog The Catalán Analyst y de la cuenta de Twitter del mismo nombre: @CatalanAnalyst . Os los recomiendo.



Muchas gracias a todos por haberme seguido con tanta fidelidad durante todos estos años.


viernes, 25 de noviembre de 2011

UE, la nomenklatura contra los pueblos

Guy Millière para www.Dreuz.info
Cuando se creó el euro, publiqué varios artículos explicando por qué la decisión que había tomado sólo podía tener resultados trágicos y conducir a un cataclismo. En estos momentos estamos en el cataclismo. Dije que podría tardar diez años en llegar. El calendario se ha cumplido.

He escrito muchas veces, al igual que muchos economistas competentes, que el euro es una moneda que se ha impuesto en un conjunto de países que no tienen ni la misma estructura económica, ni iguales ganancias de productividad, ni el mismo sistema social, ni la misma historia, ni la misma cultura. Salvo creer que estas diferencias pueden desaparecer por arte de magia, las disfunciones no podían tardar en aparecer y crecer.

Las disfunciones ya están aquí. las economías griega, portuguesa, española, italiana, irlandesa, francesa, no han podido seguir el ritmo de la economía alemana y han sufrido gravemente el aumento de las desventajas competitivas que podrían haber resuelto con devaluaciones sucesivas: al no poder jugar la devaluación el su papel de variable de ajuste, se ha hecho a través del desempleo y la deuda. Los tipos de interés válidos para Alemania no lo son para los países en que las tendencias inflacionistas se manifiestan, lo que se ha traducido en burbujas especulativas, que afectaron sobre todo en Irlanda y España.

Alemania y los países nórdicos pueden aparecer como los principales beneficiarios a una mirada superficial, pero en realidad no lo son: Alemania, en particular, no tiene más remedio que pagar dinero por el déficit de los países más afectados, sin que este pago pueda remediar en nada a la demanda, y si deja de pagar (que es lo que el pueblo alemán quisiera), se enfrentará a la quiebra de los países afectados que desde entonces dejarán de comprar productos alemanes, y dejarán, en los balances bancarios, un gran agujero.

El fondo diseñado para evitar los agujeros y la quiebra de los países afectados es muy insuficiente y se asemeja a un montaje digno de Bernard Madoff: además de Alemania, los paises ya fuertemente endeudados se endeudan para prestar dinero a países aún más a cerca del abismo, y, al hacerlo, se endeudan aún más, acercándose a sí mismos a su propio abismo.

Las soluciones planteadas no son dignos de llamarse soluciones: redimir la deuda de los países más afectados por el Banco Central Europeo sería el inicio de un proceso inflacionario del que no se vería el final y no sería otra cosa que un expediente, crear bonos del tesoro europeo con el objetivo de mutualizar las deudas no detendría el endeudamiento y no pondría remedio a la situación, simplemente pospondría la explosión final.

Crear un gobierno único europeo confiado a la tecnoestructura y bajo dirección alemana sería poner en práctica lo que se planeó originalmente durante la creación del euro y que fue rechazado por muchos países, que no tenían ganas de pasar completamente bajo el control de Bruselas sin tener voz ni voto, y que pondría en práctica lo que había previsto inicialmente en un contexto donde, sí, hay un mal funcionamiento.

Por una especie de diktat, el primer ministro griego fue sustituido por un hombre de la tecnoestructura, el primer ministro italiano también. Lo que la tecnoestructura puede prometer a la gente de los países más afectados es el sufrimiento y la recesión, y más allá del sufrimiento y la recesión otra salida que los disturbios y los ataques de nervios colectivos.

Los miembros de la tecnoestructura europea buscan fuera de Europa que les puede ayudar y parecen dispuestos a venderse: China será la compradora? el capital de las petromonarquías estará interesado? China y las petromonarquías pondrán, si se da el caso, sus condiciones, y no es seguro que estén dispuestas a comprar un vehículo con vicios ocultos y no ocultos. El hecho de que la misma Alemania no haya podido vender los últimos días sus propios títulos de deuda es muy significativo del aumento de la desconfianza.

Los advertencia de la administración Obama en contra de Europa diciendo, correctamente, que su colapso afectaría a los cinco continentes, son ciertos, pero la administración Obama no está precisamente en buena posición para dar consejos en materia financiera, visto el que ha hecho en Estados Unidos desde enero de 2009.

Los políticos europeos y los seguidores del analfabetismo económico claman de todas partes que lo que pasa es culpa de los mercados financieros y que la especulación no se llevará el gato al agua, olvidando que los financieros suelen hacer cálculos racionales, al igual como los especuladores, y que la irracionalidad está en los políticos europeos que actúan cada día, al fin y al cabo, como ladrones.

Como acabará todo esto? No lo puedo decir exactamente. Pero puedo decir, sin miedo equivocarme, que esto acabará mal, muy mal.

La construcción europea, incluso antes de la introducción del euro, ya era portadora de un problema esencial: era un proyecto absolutista, en el sentido en que se hablaba de monarquía absoluta en el pasado europeo. Era un proyecto constructivista: un intento de hacer "tabula rasa" del pasado y de remodelar las sociedades con ideas abstractas existentes en las cabezas de una élite que se autoproclamaba ilustrada. Se basaba en la desconfianza respecto a las normas de la economía de mercado y en la voluntad de sustituir los dirigentes, lo que, como ha explicado Friedrich Hayek en el libro que lleva este nombre, es una "fatal arrogancia".

Se basaba en la desconfianza respecto a la democracia y ha sustituido a la soberanía del pueblo bajo el imperio de la ley natural a un poder absoluto que se ha dado poco a poco a una nomenklatura.

Ha pretendido hacer "tabula rasa" del pasado, reescribir la historia, reformular los seres humanos para hacerlos buenos "ciudadanos europeos". Al igual que todos aquellos que quieren modificar la naturaleza humana, ha creado circuitos de dependencia que han acabado costando más y más caros. Han tomado la forma de Estados del bienestar que cuidan de un número creciente de personas a las que acaban cerrando en la pasividad. Para pagar esta pasividad, los circuitos de dependencia han exprimido tanto los más activos, los más dinámicos y creativos hasta disuadirlos y hacer que se vayan. La recaudación ya no es suficiente, los estados del bienestar se han endeudado hasta el cuello, de aquñi la "deuda soberana" actual.

Los bien educados ciudadanos europues ya no entienden nada de los principios básicos de la economía. Y aquellos que los han comprendido y comprenden aún han ido o se están yendo.

Los que se quedan lo esperan todo del gobierno, como los drogadictos a la espera de la dosis prometida por el distribuidor. Los cerebro se van. Hay todavía muchas piernas y brazos paralizados por cheque de fin de mes. Todo esto va acompañado por un descenso de la natalidad y un envejecimiento acelerado. Va acompañado de un cambio en la población donde el Islam está jugando un papel cada vez más relevante.

Quisiera creer en un final feliz. Pero no lo consigo, sencillamente porque no me sitúo en el terreno de las creencias y porque ya soy demasiado viejo para leer cuentos de hadas.

Esta no sería la primera vez en la historia de una civilización que se derrumba y muere.

Ante el colapso y la agonía de una civilización, se pueden cerrar los ojos o se pueden mantener abiertos y vivir lo que pasa con toda lucidez. He optado por mantener los ojos abiertos.

Hace unos años, Vladimir Bukovsky publicó un libro comparando la Unión Europea y la Unión Soviética ("La Unión Europea, una nueva URSS?"). De hecho, las similitudes son muchas. Antes he hablado de la nomenklatura. He hablado del remodelado de las sociedades a partir de ideas abstractas provenientes de la cabeza de una élite autoproclamada. He hablado del poder otorgado a la nomenklatura de forma gradual.

La diferencia es que la Unión Soviética escogió la fuerza militar y Europa la debilidad, que la reformulación de los seres humanos ha adoptado en Europa unas formas más suaves ya veces imperceptibles.

La diferencia es que la Unión Soviética se encontraba claramente fuera de la economía de mercado, había optado por el partido, por una moneda no convertible, por una censura férrea y por la prohibición a sus súbditos de salir del país.

La Unión Europea ha roto la economía de mercado desde dentro, y ha optado por una gama de pensamiento único que abarca varios partidos políticos acaecidos impotentes, ya que es la nomenklatura la que gobierna. La UE se ha dotado de una moneda convertible que se asemeja a una bomba de relojería colocada en los mercados financieros, practica una censura camuflada y los que quieren pueden salir de sus fronteras.

La diferencia es la que separa el totalitarismo duro del totalitarismo blando. La Unión Soviética, era en 1984 de George Orwell. La Unión Europea es una mezcla de 1984 y de Un mundo feliz de Aldous Huxley. Somos más felices en una mezcla de 1984 y de Un mundo feliz? Yo no lo creo, o en todo caso de manera muy passatjera. A pesar de las prescripciones masivas de ansiolíticos, la pobreza aumenta en Europa y la esperanza es a media asta. Y con razón.