Adiós a Nihil Obstat | Hola a The Catalán Analyst





Después de 13 años de escribir en este blog prácticamente sin interrupción, hoy lo doy por clausurado. Esto no quiere decir que me haya jubilado de la red, sino que he pasado el relevo a otro blog que sigue la misma línea de Nihil Obstat. Se trata del blog The Catalán Analyst y de la cuenta de Twitter del mismo nombre: @CatalanAnalyst . Os los recomiendo.



Muchas gracias a todos por haberme seguido con tanta fidelidad durante todos estos años.


jueves, 3 de noviembre de 2011

La gente es lo peor

Salvador Sostres:
El mundo ha avanzado en progreso y libertad a través de las democracias modernas en las que la voluntad popular está debidamente canalizada y encauza-da, y su expresión es en el fondo una pura formalidad. Cuando los cauces se desbordan lo primero que corre peligro es la libertad; y el caos extiende su mancha.

Los indignados, con su reclamada democracia real, son un peligro para la convivencia, para el respeto de la ley y el orden, para cualquier garantía de los demás. Sólo hace falta ver cómo se han comportado, con qué diligencia atendieron las indicaciones de la Junta Electoral, con qué ternura trataron a los peregrinos durante la visita del Santo Padre a Madrid, con qué delicadeza cuidaron los espacios públicos que ocuparon y qué consideración demostraron hacia los tenderos de Sol, que en plena crisis se vieron durante días y semanas privados de su actividad comercial.

Europa se ha echado a temblar con el anuncio de Papandreu de que someterá a referendo el rescate griego. Todo el mundo contiene la respiración porque cuando la gente decide siempre ocurre lo peor. En España, socialistas y populares se dicen de todo y es verdad que los socialistas son realmente nefastos, pero también lo es que los dos partidos comparten unos mínimos y hay retrocesos que nunca se van a producir y ni siquiera van a ser una opción votable. Hete aquí los cauces, los canales por los que todo fluye: gracias a ellos la libertad, el orden y el progreso están asegurados. Si Zapatero hubiera convocado un referendo para aplicar sus tímidas e insuficientes medidas económicas, estaríamos ya fuera del euro. Los líderes políticos están para tomar decisiones, y para asumir el desgaste de haberlas tomado: luego, la turba se calma cuando vota cada cuatro años pero el sistema permanece, atado y bien atado.