Adiós a Nihil Obstat | Hola a The Catalán Analyst





Después de 13 años de escribir en este blog prácticamente sin interrupción, hoy lo doy por clausurado. Esto no quiere decir que me haya jubilado de la red, sino que he pasado el relevo a otro blog que sigue la misma línea de Nihil Obstat. Se trata del blog The Catalán Analyst y de la cuenta de Twitter del mismo nombre: @CatalanAnalyst . Os los recomiendo.



Muchas gracias a todos por haberme seguido con tanta fidelidad durante todos estos años.


miércoles, 14 de septiembre de 2011

El espejismo del estado palestino

Los dirigentes palestinos nunca han querido la solución de dos estados: uno para los judíos y otro por los árabes. Ni siquiera han tenido siempre claro que quisieran un estado propio independiente. Lo único que siempre han deseado es acabar con el estado de Israel. Cuando la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la partición de Palestina en dos estados en 1947, los líderes palestinos y la mayoría de estados árabes no la aceptaron. De eso hace ya casi 65 años. Y las cosas siguen prácticamente igual. Los acuerdos de paz de Oslo de 1993 que permitieron la creación de una Autoridad Palestina autónoma en Cisjordania y Gaza crearon el espejismo de que sería posible finalmente la existencia de dos estados conviviendo en buena vecindad. Pero la realidad ha sido la contraria, ya que para muchos dirigentes palestinos los acuerdos de paz sólo eran una tregua para poder reanudar posteriormente el combate en Mejorar condiciones. La Autoridad Palestina no es tanto el embrión del futuro estado palestino como una fase necesaria de un proceso que sólo terminará con la desaparición de Israel.

Sólo hay que mirar a la Autoridad Palestina por dentro para comprobar que ni funciona como un estado ni existe la voluntad política para que lo sea. Abbas ha cancelado cuatro veces por decreto las elecciones municipales y él mismo lleva 81 meses en la presidencia, cuando su mandato era para 48. Esta situación ha sido declarada ilegal por el Tribunal Supremo, pero nadie le hace caso y la instancia judicial no dispone de mecanismos para hacer cumplir sus resoluciones. La gestión administrativa, pagada totalmente por la ayuda internacional (¡los más morosos son los países árabes!), es tan corrupta e ineficiente que muchas veces no puede pagar a sus empleados, mientras que se prohibe a los periodistas palestinos informar de las constantes y reiteradas violaciones de los derechos humanos. Por si todo esto fuera poco, en Gaza mandan los islamistas de Hamas y en Cisjordania los nacionalistas de Fatah, que están, literalmente, a matar, mientras que una parte de la diáspora palestina no reconoce la autoridad de Mahmud Abbas.

¿Puede alguien creer, especialmente la ONU, que algo así está en condiciones de convertirse en un Estado?