Evelyn Gordon sospecha mas bien que se trata de una táctica deliberada de Egipto dirigida a presionar a Israel para anular la disposición central del Tratado de Paz egipcio-israelí: la desmilitarización del Sinaí. Con un 54% de los egipcios partidarios de la cancelación del Tratado de Paz, el Cairo está intentando desde el pasado mes de marzo forzar su revisión para permitir aumentar el número de tropas egipcias en el Sinaí.
El Cairo justifica esta modificación por la necesidad de mejorar su capacidad de actuación contra el terrorismo. Casualmente, entre los meses de febrero y mayo, una serie de atentados contra el gasoducto egipcio-israelí dejó Israel sin gas durante unas semanas. Nunca antes había pasado nada parecido. Por eso Israel aceptó que Egipto estaciones fuerzas militares adicionales en el Sinaí. Sin embargo, dos ataques más tuvieron lugar en julio, lo que dio pie para que el gobierno egipcio exigiera desplegar más tropas -2.000 soldados con tanques-, lo que Israel aceptó una vez más.
Ahora, el ataque del jueves da al Cairo la excusa perfecta para pedir más tropas y la consiguiente revisión del Tratado. Pero una remilitarización del Sinaí podría ser fatal para Israel.
This process could repeat itself ad nauseam. And unless Israel halts it, the result will be the erosion of the peace treaty’s greatest achievement, the demilitarization of Sinai. That would leave Israel right back where it was in 1967: facing military annihilation at any moment from an army much bigger than its own.