Dos economistas suecos, Andreas Bergh y Magnus Henrekson, aconsejan a los Estados Unidos desde las páginas del Wall Street Journal que eviten los mismos errores de Suecia y no caigan en la tentación de ampliar el gasto de su gobierno.
Para estos economistas, hace cincuenta años, en 1960, los gobiernos de Suecia y los Estados Unidos gastaban aproximadamente lo mismo, algo menos del 30% del PIB. Esto ya no es así. En los años previos a la crisis financiera de Suecia en la década de 1990, el gasto gubernamental llegó al 60% del PIB. En Estados Unidos prácticamente no se había movido, aumentando sólo hasta un 33%. Mientras que Estados Unidos mantenía su posición como uno de los países más ricos del mundo, Suecia cayó. En 1970, Suecia era el cuarto país más rico del mundo en renta per cápita. En 1993, había bajado al 17.
Esto llevó a los economistas suecos a preguntarse si el aumento dramático del tamaño del gobierno había contribuido a su lento crecimiento. Y la respuesta fue que sí. La notable expansión del gobierno en Suecia había disminuido el crecimiento. La evidencia demuestra, según los datos de los dos economistas suecos, que cuando el gasto público aumenta en 10 puntos porcentuales del PIB, la tasa de crecimiento anual se reduce de 0,5 puntos porcentuales a 1. Esto puede no parecer mucho, pero en más de 30 años esto se traduciría en la pérdida de miles de millones de dólares cada año en un país tan grande como los Estados Unidos.
Para decirlo en términos personales, el ingreso medio per cápita de los estadounidenses en 2009 fue de 46.405 dólares. Una caída del 1% en la tasa de crecimiento económico (del 2% al 3%, por ejemplo) significaría una pérdida de ingresos individuales de 464 dólares en el primer año. En más de 30 años, una diferencia de un punto porcentual en la tasa de crecimiento se traduciría en aproximadamente 354.000 dólares en ingresos perdidos por persona.
El argumento que Suecia demuestra que un gobierno muy grande no perjudica es falso. Suecia se ha recuperado en los últimos 15 años gracias a la liberalización, con libertad de elección de escuela, estabilitització de pensiones públicas y reducción del nivel impositivo de la renta, con el gasto público bajando un 10% del PNB.
En Suecia, dicen los autores, el alto nivel impositivo obliga a la gente a hacer sus labores, mientras que los americanos pagan otras personas para hacerlo. Los americanos van más a los restaurantes y contratan más gente para limpiar la casa, vigilar a los niños o cuidar el jardín. Los suecos tienen menos dinero disponible después de impuestos y deben hacer ellos mismos el trabajo.
La expansión del gasto público y los impuestos hará que los americanos se comporten más como los suecos, afectando a los servicios y dejando sin trabajo principalmente a americanos de clase baja. Hacer crecer el gobierno para reducir la desigualdad a la larga empobrece un país, obligado a repartir porciones cada vez más pequeñas de un pastel cada vez más reducido.
Adiós a Nihil Obstat | Hola a The Catalán Analyst
Después de 13 años de escribir en este blog prácticamente sin interrupción, hoy lo doy por clausurado. Esto no quiere decir que me haya jubilado de la red, sino que he pasado el relevo a otro blog que sigue la misma línea de Nihil Obstat. Se trata del blog The Catalán Analyst y de la cuenta de Twitter del mismo nombre: @CatalanAnalyst . Os los recomiendo.
Muchas gracias a todos por haberme seguido con tanta fidelidad durante todos estos años.