Adiós a Nihil Obstat | Hola a The Catalán Analyst





Después de 13 años de escribir en este blog prácticamente sin interrupción, hoy lo doy por clausurado. Esto no quiere decir que me haya jubilado de la red, sino que he pasado el relevo a otro blog que sigue la misma línea de Nihil Obstat. Se trata del blog The Catalán Analyst y de la cuenta de Twitter del mismo nombre: @CatalanAnalyst . Os los recomiendo.



Muchas gracias a todos por haberme seguido con tanta fidelidad durante todos estos años.


miércoles, 23 de julio de 2014

Pablo Iglesias, el Berlusconi español

¿Son tan dispares Pablito Iglesias y Sílvio Berlusconi? Aparentemente, sí. Uno dice que es de izquierdas y el otro de derechas. Afirmaciones ambas que pueden decir mucho, pero también no decir nada. Si nos atenemos a los hechos y no a las declaraciones de fe, lo más relevante de ambos casos es que los dos son un producto mediático. Sin la tele no serian, o no hubieran sido, nada. Uno, utiliza los medios que le han abierto sus puertas por su gancho mediático; el otro, utilizó los medios de comunicación de que disponia como empresario para utilizarlos cuando se transmutó en político.

Pero no acaban aquí las similitudes. Cualquiera que haya seguido un poco de cerca la época Berlusconi observará que los dos, o sus secuaces, utilizan la misma técnica en los debates televisados o radiofónicos: siempre responden a las preguntas atancado al adversario, excepto cuando se trata de discos solicitados. Es decir, nunca responden a la pregunta que se les formula, que sustituyen por otra pregunta o por una acusación contra el oponente. En el caso de Berlusconi eso era así porqué no tenía casi nada que decir, ya que su programa político se resumía en eludir a la Justícia y modificar la lesgilación para permanecer impune. En el caso de Iglesias, no responde porqué lo que tiene que decir le delataría como el nuevo palanganero de modelos sociales, económicos y políticos fracasados en todo el mundo.

Iglesias y Berlusconi son las dos caras de la misma moneda. Programas indefendibles camuflados en el glamour mediático. Berlusconi, sin embargo, sólo pretendía salvarse él y no salvar a Italia ni al mundo de nada. Moralmente reprobable, pero políticamente sin consecuencias trágicas para los demás. Iglesias, por el contrario, quiere salvarnos a todos (y a todas) incluso de nosotros mismos. Lo dijo un dia en la tele cuando aún ejercía de profesor y no de líder político: 'la guillotina es la madre de la democracia'. No es nada personal, és simplemente la dialéctica de la historia.

Si Pablo Iglesias llega a ser el Berlusconi español, Sílvio nos parecerá una hermanita de la caridad.