En el imaginario colectivo está muy instalada la idea de que todo lo natural es bueno, algo que no deja de ser una aberración, puesto que la naturaleza no es más que una feroz competencia por los recursos. Prueba de esas competencia son las plantas silvestres. Una estrategia que tienen las plantas para defenderse del entorno es acumular compuestos tóxicos en la vacuola (una parte de la célula donde no molesta al resto de funciones) para defenderse de cualquier organismo molesto, desde una bacteria hasta un rumiante. Esto hace que la mayoría de especies silvestres sean tóxicas, incluidas las que en su momento dieron lugar a las plantas cultivadas. No obstante, la asociación NATURAL=BUENO, sigue estando establecida,
(...)
El problema viene cuando las autoridades alimentarias parecen haber interiorizado también lo de Natural=Bueno, por que los controles sobre este tipo de alimentación dejan mucho, pero que mucho que desear.
Desde la crisis de Alemania del 2011 con los brotes de fenogreco hemos tenido dos retiradas de huevos ecológicos por dioxinas (aquí y aquí), retiradas de espinacas por E. coli, restos de pesticidas no autorizados, avisos de que falla la inspección etc, etc. No obstante como natural=ecológico=bueno, ninguna de estas alarmas ha merecido la atención de ningún medio de comunicación, mientras tanto si que nos han seguido bombardeando sobre los supuestos peligros de los pesticidas, de los aditivos, de los transgénicos etc... sin que haya habido ninguna alerta relevante por estas causas. Es decir, los presuntos peligros ocupan más espacio informativo que los hechos objetivos.
Y sigue. Por ejemplo, entre septiembre y octubre del año pasado en Francia hubo una intoxicación por trigo sarraceno ecológico. Parece ser que era tan natural y de tan buen rollo que lo cosecharon junto a una mala hierba llamada datura, rica en alcaloides y tremendamente tóxica. Todo el proceso cumplía las más estricta ortodoxía agroecológica. El trigo sarraceno de cultivo ecológico se molió en un molino solo para agricultura ecológica (concretamente el molino Bio-Pinchard, el único de estas características en la provincia de Alpes-Alta Provenza) utilizó para hacer galletas ecológicas que en su mayoría se vendieron en tiendas de la "confederation paysenne" sindicato agrario comprometido en el desarrollo de la agricultura ecológica y muy activo en la lucha contra los transgénicos. Se ve que entre manifiesto y manifiesto, se les pasaron todos los controles de calidad y lo dicho, 18 intoxicados.
No es el primer caso, ya en el 2009 el doctor Alain Baert del centro de vigilancia toxicológica de Rennes alertó de un caso similar en el 2007 con 7 intoxicaciones. Investigadas 28 partidas de harina ecológica en 19 se encontraron niveles de atropinas y escopolamina (presentes en la datura), de entre 1 a 1000 μg/kg cuando la dosis tóxica para un niño es de 100 μg/kg. Teneis la noticia aquí.
Lo dicho, un caso clamoroso en el que han fallado todos los controles, ha habido víctimas y además se ha repetido, pero aquí no ha pasado nada. No ha merecido espacio en la prensa generalista y siguen elaborando el producto y vendiéndolo, para que la gente pueda seguir jugando a la galleta rusa. Pues nada, el que quiera consumir ecológico que consuma, bajo su responsabilidad. El mundillo ecológico es así./ JM MULET
Adiós a Nihil Obstat | Hola a The Catalán Analyst
Después de 13 años de escribir en este blog prácticamente sin interrupción, hoy lo doy por clausurado. Esto no quiere decir que me haya jubilado de la red, sino que he pasado el relevo a otro blog que sigue la misma línea de Nihil Obstat. Se trata del blog The Catalán Analyst y de la cuenta de Twitter del mismo nombre: @CatalanAnalyst . Os los recomiendo.
Muchas gracias a todos por haberme seguido con tanta fidelidad durante todos estos años.