¿Dónde están los Estados Unidos en la lucha contra el terrorismo islamista? ¿Cree Obama que con matar con artilugios teledirigidos es suficiente? ¿Cree que con el asesinato político de Bin Laden ha terminado su trabajo? Esto parece. En Libia se limitó a hacer de palanganero de Sarkozy, empujado por Hillary Clinton, y en Siria no ha sido capaz de mover un dedo para detener la peor matanza en décadas (45.000 muertos y 1,5 millones de desplazados y refugiados en menos de 2 años). Mucho peor, proporcionalmente, que la guerra de Irak (109.000 muertos en 9 años, según los documentos filtrados por Wikileaks).
Ahora, los islamistas de Al Qaeda se han hecho fuertes en el norte de Mali, en una región más grande que Francia, y amenazan con hacer caer al gobierno de Bamako. Ante esta amenaza, Obama no sólo no ha hecho nada sino que ni tan solo ha abierto la boca Tiene otras preocupaciones domésticas, ciertamente.
La respuesta a la amenaza la ha asumido Francia, que está utilizando su poder militar para derrotar Al Qaeda en Mali. Probablemente, con el apoyo logístico de algunos países europeos, París podría quedar situada como la única potencia occidental en primera línea de lucha contra el extremismo islamista.
Sin embargo, ¿tiene Francia las capacidades militares y económicas para asumir este papel?
Los ataques aéreos pueden bloquear temporalmente el poderoso ejército de los rebeldes islamistas, pero no pueden derrotarlo. La victoria requiere un despliegue militar terrestre durante un largo periodo de tiempo. Un despliegue militar que contará con unos 2.000 soldados africanos de la CEDEAO y el ejército de Mali, notoriamente ineficaces sin una presencia militar francesa y europea, o norteamericana, suficiente.
Afortunadamente, Hollande se beneficia, de momento, del apoyo mediático. Nadie habla todavía de las víctimas colaterales. Al menos 11 civiles murieron y muchos otros resultaron heridos en Kona, una ciudad del centro de Malí que ha sufrido un intenso bombardeo por aviones franceses desde el viernes, según ha denunciado Médicos sin Fronteras.
Hasta cuando París podrá mantener el esfuerzo y las críticas, si las hay?
