Adiós a Nihil Obstat | Hola a The Catalán Analyst





Después de 13 años de escribir en este blog prácticamente sin interrupción, hoy lo doy por clausurado. Esto no quiere decir que me haya jubilado de la red, sino que he pasado el relevo a otro blog que sigue la misma línea de Nihil Obstat. Se trata del blog The Catalán Analyst y de la cuenta de Twitter del mismo nombre: @CatalanAnalyst . Os los recomiendo.



Muchas gracias a todos por haberme seguido con tanta fidelidad durante todos estos años.


lunes, 7 de mayo de 2012

Crisis y elecciones: fe contra razón

Nos guste o no, la fe, el espíritu religioso, continúa dominando el mundo. En Europa, preferimos creer que vivimos en una sociedad secularizada, basada en la razón, la ciencia y el conocimiento, heredera de las luces. Pero, no. Vivimos desde hace tiempo en un nuevo estallido de fe ideológica, política y romántica. La fe tradicional ha dejado lugar a otras fes, tanto o más irracionales. No sé que dirán las neurociencias, pero parece que los humanos estamos hechos para creer. Quizá porque, como decía Josep Pla, es más fácil creer que saber.

Las elecciones francesas de ayer son un nuevo ejemplo. Sarkozy es, si no he perdido la cuenta, el undécimo gobernante que cae arrastrado por la crisis. Han caído gobiernos de derecha y gobiernos de izquierda, gobiernos que creían que la salida de la crisis debía hacerse a base de austeridad y recortes o, por el contrario, a través de estímulos y más gasto público. Es decir, que los ciudadanos no han votado racionalmente sino emocionalmente. Ha primado castigar a los gobernantes antes que elegir el mejor programa. Seguramente porque es también más fácil enfadarse que pensar.

Cabe decir, sin embargo, que no es sencillo saber cuál es la mejor opción cuando la gran mayoría de medios de comunicación, escorados ideológicamente hacia uno u otro bando, no ayudan mucho a que los ciudadanos podamos formarnos una opinión basada en datos empíricos y no en fantasías ideológicas.

Intentemos, pues, separar el grano de la paja.

1. - La primera crisis fue la crisis de las subprime, que comenzó en EEUU pero que no ha afectado España. Una crisis hipotecaria que se generó, no en la banca comercial como a menudo se cree, sino en las empresas semipúblicas Freddie Mac y Fannie Mae que, en EEUU, son las que gestionan el mercado hipotecario.

2. - La causa de aquella crisis -y de las que ha habido después- no ha sido la desregulación del sector financiero, como la mayoría de la gente piensa, por la sencilla razón de que no ha habido en las últimas décadas ninguna ley o normativa que relajara la regulación del sector bancario. Ronald Reagan desregularizó el sector industrial y de servicios, pero no tocó el sector financiero. Quien si lo tocó fue Bill Clinton, para forzar la concesión de hipotecas y préstamos a las minorías raciales y a los sectores más pobres. También lo hizo el Comité de Gobernadores de los principales bancos centrales del mundo, implementando nuevas disposiciones regulatorias a la banca internacional a través de los acuerdos de Basilea I, en 1988; Basilea II, en 2004 y Basilea III, en 2010 -11.

3. - La segunda crisis, es la crisis de la deuda. En el caso Español, su detonante fue el estallido de la burbuja inmobiliaria, que había sido financiada por los bancos pero sobre todo por las cajas de ahorros, la gran mayoría de ellas controladas por el poder político. Se suele atribuir el origen de esta burbuja a las modificaciones de la Ley del Suelo introducidas por Aznar en 1998, que simplificó los tipos de suelo a tres: urbano, urbanizable y no urbanizable (este último sólo por disposición jurídica expresa) y por el traspaso de las competencias de planificación y ordenación urbanística a las Comunidades Autónomas. Unas modificaciones que pretendían estimular la oferta de suelo para así rebajar su precio. Pero esto no llegó a suceder porque, tres años después, la introducción del euro el 1 de enero del 2002 generó un aumento astronómico de la demanda gracias a unos tipos de interés muy bajos, convenientes para Alemania pero artificialmente bajos para España. Con la integración al euro, los tipos de interés hipotecarios pasaron del 11% en 1995 al 3,5% entre 2003-2005, unos tipos que a menudo eran negativos tras descontar la inflación.

4. - Los presupuestos públicos se hicieron partiendo de los astronómicos ingresos que generaba la burbuja inmobiliaria, que enriqueció a muchos promotores privados pero también, y mucho, a las administraciones públicas, desde los ayuntamientos hasta el Estado central, pasando por Diputaciones y Comunidades Autónomas. Al estallar la burbuja, la alta recaudación fiscal desapareció. Pero el gobierno de Zapatero, en lugar de ajustar las cuentas, se dedicó a hacer políticas keynesianas de estímulo fiscal que resultaron trágicas al disparar un déficit público que ya aumentaba debido a la caída de la recaudación y al incremento geométrico de las prestaciones de desempleo.

5. - La crisis de la deuda, sin embargo, no está provocada sólo por la burbuja inmobiliaria. Lo está también por un gasto público descontrolada en la mayoría de países de la UE a causa de un modelo en exceso intervencionista de Estado del Bienestar. Algunos replicarán que si esta fuera la causa de la crisis actual, Suecia y Alemania también deberían estar en crisis. Los que lo dicen eso ignoran que Suecia y Alemania ya reformaron su estado del bienestar hace algunos años. Suecia a raíz de la crisis de comienzos de los años noventa y Alemania obligada por el coste de la reunificación, mientras que el resto de socios comunitarios dormía en la paja. Ahora, a toda prisa, España e Italia, así como Portugal, Grecia y otros países, han comenzado a recortar y a hacer reformas. Todos menos Francia, que se ha convertido en una bomba de relojería. Sarkozy, a pesar de haberse presentado hace cinco años como liberal, no ha hecho ninguna reforma en profundidad. El domingo, los franceses lo han castigado con razón. Pero lo han hecho eligiendo a Hollande, un remedio peor que la enfermedad, salvo que acabe haciendo lo contrario de lo que ha prometido.

6. - Las políticas de estímulo pueden servir cuando la crisis es de demanda, pero son catastróficas cuando la crisis es de deuda, como es el caso. ¿De dónde sacará el dinero para estimular la economía un gobierno que está endeudado hasta el cuello? ¿Quién le dejará el dinero? Y, en caso de que alguien le deje a intereses altísimos, ¿como lo hará para devolverlos? Con ésta política lo único que se consigue, como le pasó a Zapatero, es generar más deuda y por tanto aumentar el problema. Según un estudio de los profesores John B. Taylor (Stanford) y Larry Summers (Harvard), ninguna de las políticas de intervención-estímulo, desde 1970, han generado ningún beneficio a la economía.

Estos sólo son algunos de los datos empíricos de la crisis actual. Los podemos mirar de frente intentando encontrar salidas racionales o bien tomar el atajo y dejarnos llevar por la épica y la utopía. Podemos optar por la razón, siempre dura y prosaica y sometida al error, o por la fe, que nos lo da todo claro y resuelto. Lamentablemente, ¿quién va ser el guapo que teniendo la certeza de la fe se decante por la incertidumbre de la razón?