Cuando los que, más allá de las palabras, asedian un Parlamento e intentan impedir físicamente que los diputados elegidos en las urnas puedan acceder al mismo, no están ejerciendo ningún derecho legítimo, están, lisa y llanamente, ejecutando un intento de golpe de estado. Puede que ese intento de golpe no quiera, o no pueda, ocupar el poder y que se limite, más modestamente, a intentar impedir una votación o a forzarla en un sentido contrario a la voluntad mayoritaria de la cámara. En cualquier caso se trata siempre de un delito muy grave contra la democracia y el estado de derecho. Un delito de sedición, que está gravemente penado en todas las democracias de nuestro entorno.
Sin embargo, y a pesar de que el Supremo ha aplicado la pena mínima de tres años de cárcel de los hasta seis previstos por la ley por un menos grave 'delito contra las instituciones del Estado', gran parte de la clase política catalana ha reaccionado escandalizada por lo que considera una condena desproporcionada. ¿Hubieran reaccionado igual si los manifestantes condenados hubiesen acudido a cercar el Parlament convocados por Falange Española o por PxC? Por supuesto que no. Esos partidos no sólo hubiesen exigido más mano dura contra la amenaza 'fascista' sino que habrían acusado al Supremo de connivencia ideológica con los 'fachas' por haberles aplicado la pena mínima.
La izquierda catalana, y no sólo la izquierda, es tan condescendiente con esos aspirantes a golpistas porqué en el fondo los ven como a sus cachorros ideológicos. Unos buenos chicos que tienen un corazoncito lleno de buenas intenciones, aunque a veces se pasen de rosca. Pues, no. Salir a la calle para tomarse la justícia por su mano creyendo que el fin justifica los medios no es otra cosa que matonismo político. Es puro leninismo, puro chavismo, puro fascismo. Pero ellos no lo saben. Como tampoco parecen saberlo sus papás ideológicos, que les ríen todas las gracias y procuran sacarles siempre las castañas del fuego.
Adiós a Nihil Obstat | Hola a The Catalán Analyst
Después de 13 años de escribir en este blog prácticamente sin interrupción, hoy lo doy por clausurado. Esto no quiere decir que me haya jubilado de la red, sino que he pasado el relevo a otro blog que sigue la misma línea de Nihil Obstat. Se trata del blog The Catalán Analyst y de la cuenta de Twitter del mismo nombre: @CatalanAnalyst . Os los recomiendo.
Muchas gracias a todos por haberme seguido con tanta fidelidad durante todos estos años.