Existe la creencia, especialmente en España, que la banca y el capital financiero están exprimiendo a Grecia para sacarle hasta la última gota de sangre a los pobres, como en una novela de Víctor Hugo o de Dickens. Sin embargo eso es, lisa y llanamente, falso.
1/ Grecia debe 320.000 millones de euros (el 180% de su PIB). Pero no lo debe a bancos usureros o a malvados capitalistas financieros, sino a los Estados europeos y a instituciones internacionales que se los prestaron para evitar su bancarrota. En concreto,
el 80% de ese pastón Grecia lo debe a la UE, al BCE y al FMI y sólo el 20% restante a inversores privados.
2/ Después del fiasco del primer plan de rescate de Grecia en 2010, los gobiernos europeos se resignaron a la evidencia de que ni Grecia -ni nadie en su caso- nunca podría pagar el principal más los intereses de su deuda soberana. Por ello, en el segundo rescate, en 2012, se estableció que
Grecia no pagaría el principal de la deuda a la Troika hasta dentro de 30 años -que en la práctica es como decir nunca- y que mientras tanto sólo pagaría los intereses a un bajísimo 1,5%. (2,5% de media).
3/ Además, y muy especialmente,
el segundo plan de rescate aprobó una quita superior al 53% del total de la deuda contraída por Atenas con los inversores privados (banca, compañías aseguradoras y fondos de pensiones). En total, entre el dinero prestado y la pérdida de intereses,
los acreedores privados -sobre todo la banca alemana y francesa- perdieron 150.000 millones, el 75 % de lo que habían prestado. !Éste ha sido el gran negocio que la banca y el sector financiero privado ha hecho con Grecia¡ Sin embargo, Merkel es una nazi.
4/ ¿Pero por qué debe tanto Grecia?
Pues porque ha tenido déficits públicos continuos y descontrolados. Antes del primer rescate en 2010, la deuda en Grecia era de 300.000 millones de euros, o el 130% del PIB; el déficit de 36.000 millones de euros, o 15,5 del PIB, mientras que el endeudamiento aumentaba en un 12% al año. En esta situación, la austeridad era inevitable y no el resultado de alguna opción política exterior impuesta a Grecia,
según el Director del Departamento de Estudios del Fondo Monetario Internacional, Olivier Blanchard.
Si se hubiera dejado a Grecia por su cuenta, el país sencillamente no habría podido obtener préstamos. Dado que las necesidades de financiamiento bruto equivalían a 20%–25% del PIB, Grecia tendría que haber recortado su déficit presupuestario en esa misma cantidad. Incluso si hubiera suspendido por completo el pago de su deuda, con un déficit primario de más de 10% del PIB, el país tendría que haber reducido su déficit presupuestario en un 10% del PIB de la noche a la mañana. Esto habría provocado ajustes mucho más profundos y habría tenido un costo social mucho más alto que con los programas, los cuales le concedían a Grecia más de cinco años para lograr un saldo primario.
Incluso si la deuda existente se hubiera eliminado por completo, el déficit primario, que era muy abultado al comienzo del programa, tendría que haberse reducido. La austeridad fiscal no era una opción, era una necesidad. Sencillamente no había más alternativa que recortar el gasto y subir los impuestos. La reducción del déficit fue grande porque el déficit inicial era grande. “Menos austeridad fiscal”, es decir, un ajuste fiscal más lento, habría requerido incluso más financiamiento y reestructuración de la deuda, y los acreedores oficiales se enfrentaban a un límite político respecto a lo que podían pedir que contribuyeran sus propios ciudadanos.
Cuando el PASOK recuperó el poder en 2009 desveló que las cifras de déficit y deuda de los años anteriores habían sido maquilladas y eran muy superiores a las publicadas: se decía que el déficit era del 3,7% cuando, como hemos visto, en realidad superaba el 15% del PIB. Es decir, que en lugar de tener un agujero de 7.000 millones como decían el agujero era de 36.000 millones, cinco veces más. Un poco más tarde se supo que la falsificación de datos de las cuentas públicas se remontaba, como mínimo, a antes de la entrada de Grecia en el euro.
El continuo y desbocado aumento del gasto público disparó la deuda griega que pasó antes de la crisis del 250% de los ingresos públicos a superar el 400% en el año 2011.
5/ Esos déficits continuos y descontrolados se deben a un
gasto público desorbitado y creciente y a una fiscalidad anémica por los privilegios y el fraude. Vean algunos ejemplos:
- Grecia no tiene catastro oficial. El Estado no tiene el control de su territorio, no sabe quienes son los propietarios y, por tanto, es incapaz de formar esta estadística clave. “… Inexistencia de un sistema de cálculo fiscal a partir del valor de mercado …valoración a partir de la declaración del propietario y estimada por un inspector que cobra bajo mano… el Estado griego no conoce la extensión de sus propiedades y derechos… los planos topográficos siempre que son emitidos con las parcelas, rara vez están de acuerdo los vecino… el sistema no permite identificar al propietario de una propiedad concreta, dañando seriamente la seguridad jurídica que el propio registro otorga, sin garantizar las transmisiones inmobiliarias.”
- Un millón de funcionarios en un país de 11 millones de habitantes.
- Sueldos desorbitados de los funcionarios (65.000 euros de sueldo medio en la Renfe griega).
- Fraude en el cobro de pensiones (pensionistas muertos que siguen cobrando, pensiones de invalidez obtenidas por soborno).
- Jubilaciones a los 50 y 55 años en muchas profesiones y en general a los 60. Precisamente por ello, los griegos disfrutaban de la mayor esperanza de vida tras la jubilación, y no porque vivieran más, sino porque se jubilaban mucho antes. En concreto, mientras la media de la OCDE es de 18,5 años tras el retiro (en España es de 17,9), los helenos gozaban de más de 24 años de vida tras la jubilación.
- Las hijas solteras de funcionarios heredan la pensión de sus padres aunque no hayan cotizado (resultado: esas hijas no se casan legalmente para seguir manteniendo la pensión). Hace tan sólo unas semanas el Tribunal Constitucional dictaminó que no se puede discriminar a los hijos solteros, que también han de cobrar.
- Los médicos y abogados particulares declaran el salario mínimo de ingresos.
- Los primeros 17.000 millones de ganancias de los armadores navieros están exentos de impuestos, por determinación constitucional.
- El presupuesto de Defensa supone un 4.15% del gasto público (casi el doble de España) y no se puede modificar porqué el Tribunal Consitucional sentenció que era ilegal bajar los sueldos de los militares...
- Durante años, y pese a tener un PIB per cápita muy inferior al de España, el salario mínimo en Grecia era un 50% superior.
- Durante décadas, cuando un partido llegaba al poder enchufaba a gente en el sector público a cambio de su voto, acrecentando de forma insostenible la plantilla estatal.
- El Hospital Evagelismos, uno de los principales de Atenas, por ejemplo, llegó a tener en nómina a 45 jardineros para cuidar de las cuatro macetas de su entrada; algunos organismos públicos contaban con 50 conductores por cada coche; un antiguo ministro de Agricultura creó una unidad no contabilizada que daba empleo a 270 personas para digitalizar las fotografías de las tierras públicas griegas, sin que ninguno de los contratados tuviera experiencia en fotografía digital, ya que eran carteros, peluqueros, agricultores y, en general, afiliados del partido...
- El gasto en educación, sanidad y política social fue, de lejos, el que más aumentó hasta el estallido de la crisis de deuda, superando el 31% del PIB en 2012.
- Un exministro de Educación reconoció que de 500 aulas subvencionadas por la UE 300 eran fictícias.
- Grecia tenía cuatro veces más profesores que Finlandia y uno de los peores niveles educativos de Europa.
- La Sanidad pública era de las que más invertía en suministros, superando la media de la UE, sin que los griegos sufrieran más enfermedades que el resto de europeos. La causa es que era tradición entre médicos y enfermeras salir de los hospitales cargados con todo tipo de material higiénico y sanitario...
- El presupuesto del metro de Atenas rondaba los 500 millones de euros al año, mientras que los ingresos en taquilla apenas alcanzaban los 90 millones.
- Grecia creó un comité para gestionar el Lago Kopais, a pesar de que se secó en 1930.
- Tras el rescate de la troika, Atenas anunció la eliminación o fusión de 75 organismos públicos en los que trabajan más de 7.000 personas y que, anualmente, recibían 2.700 millones de euros en subvenciones (unos 386.000 euros por cada empleado).
- Antes de la crisis, uno de cada cuatro trabajadores no pagaba nada en impuestos, de modo que las arcas públicas dejaban de ingresar entre 15.000 y 20.000 millones de euros al año.
- Algunos estudios señalan que los griegos se gastaban unos 800 millones de euros al año en mordidas para evitar el pago de multas o para que los funcionarios hicieran la vista gorda, incluyendo los inspectores fiscales. Por poner tan sólo un ejemplo, el Ministerio de Hacienda despidió hace escasos años a 70 funcionarios con un patrimonio inmobiliario medio de 1,2 millones, cuando su sueldo no superaba los 50.000 euros.
La austeridad no vino tanto de la deuda como de los 24 billones de déficit primario en 2010 (10,3% del PIB).
6/ En 2013 el gobierno de
Samaras se toma en serio las reformas y consigue, descontando el pago de intereses de la deuda,
recortar el gasto público hasta el 50% del PIB, Superior al de Alemania, Reino Unido, Italia o España pero ligeramente inferior al de Francia o Finlandia. También logró
reducir el déficit, incluido el pago de los intereses, al 2,5%. En 2014,
por primera vez desde 1948, obtiene un superávit primario en su balanza por cuenta corriente: el 0,8 % del PIB, 1.500 millones. Y lo más importante,
la economía sale de la recesión y crece un 0,4% por primera vez desde el inicio de la crisis y desciende ligeramente el paro. Grecia por fin vuelve a financiarse en los mercados a unos intereses asumibles.
Se hace solvente pero no tiene liquidez. Sin embargo, las inevitables elecciones anticipadas lo truncan todo con la llegada al gobierno de Syriza.
7/ La crisis en Grecia, igual que en otros países como España, ha sido dura. El país
ha perdido un 25% de su PIB, la tasa de paro supera el 25%, la pobreza ronda el 35% y unos tres millones de personas carecen de asistencia sanitaria porque están en el paro o tienen deudas con la Seguridad Social. Sin embargo, con las reformas de Samaras y la mejora de los indicadores económicos, se calcula que Grecia puede disponer de 85.000 millones anuales para gastar. Cantidad que para un país de sólo 11 millones de habitantes es más que respetable. '
Bastaría con dedicar 20.000 millones al año (menos del 25% del gasto público) para eliminar la pobreza en Grecia'. Además, según el Banco Central Europeo, Atenas posee una enorme cartera de activos públicos, cuyo valor estimado asciende a 300.000 millones de euros, incluyendo empresas, infraestructuras, acciones, participaciones, suelo y todo tipo de bienes inmuebles que podría vender.
Grecia puede pagar, pero no quiere. Lo que pretenden los palaganeros de Syriza es que la UE les siga dando dinero a cambio de nada. Están convencidos que Europa pagará in extremis para evitar una crisis que ponga a la moneda única en la cuerda floja. Por eso amenazan con salir del euro y volver al dracma. El problema es que con eso ya no asustan a nadie y por ello, en su nerviosismo y desorientación, se han sacado de la manga el chantaje del referéndum. Desgraciadamente para ellos los socios europeos no se han opuesto al mismo. Algunos, incluso, los han alentado. Ccon la secreta esperanza de que terminen poniéndose la soga al cuello ellos solitos.